Alicante, España
Individual
Nuestro malestar, nuestra enfermedad y síntomas que pueden acompañarle, suelen esconder siempre preguntas existenciales: para qué estamos en esta vida, qué queremos aportar en ella y qué dificultades tenemos para recibir y dar a la misma. Solo desde ahí nuestra vida puede llenarse de pleno sentido o caer en esa insatisfacción tan fácil en la que caemos los seres humanos. Esto implica un compromiso tierno, fuerte y decisivo con uno mismo de ahondar en el dolor y las verdades escondidas. Y esto es la psicoterapia, ese camino en el que uno llega a entregarse en compañía, con confianza, para desanudar los nudos trabados por nuestro inconsciente en esa dificultad que todos tenemos para vivir con facilidad.
Ser uno mismo, ser lo que somos viene dado por el lugar, y el significado dado a este, que hemos tomado en nuestra existencia con respecto a los seres que nos han acompañado en nuestra biografía. Nuestras primeras figuras de apego resultan fundamentales. Este lugar y las funciones que hemos ido encarnando no siempre favorecen nuestro desarrollo individual. Es así como a lo largo de nuestra vida vamos detectando dificultades (síntomas ansiosos, melancolía, sentimiento de vacío, quejas constantes, insatisfacción, dificultades con los otros, cuadros depresivos, otros cuadros clínico, etc) que son reflejo de esos posicionamientos inconscientes que tomamos con nuestras figuras de apego y seguimos tomando repetidamente con nosotros y con los otros. Pero esto nos deja un espacio también para ver la forma de resignificar y restituir dichos lugares en nuestro mundo interno y hacer, de esta manera, más liviano el camino en nuestra vida.
La psicoterapia, como os he descrito en el otro apartado, permite dar cuenta de dichas dificultades, del origen de las mismas y la manera de recuperar algo del impulso vital perdido tan constitutivo a nosotros, así como de la fuerza y de la capacidad de ternura para recibir lo que está en esta vida dispuesto para nosotros y dar lo que tenemos y queramos dar a los otros.
Parejas
La pareja, el espejo perfecto para dar cuenta de uno mismo.
El nivel de complejidad se amplía cuando nos vinculamos con alguien. A nuestra historia se suma la del otro, así como las formas en las que hemos aprendido los vínculos con los demás y nuestra forma de encarar la vida también. Es necesario reaprender un ritmo diferente y único en la pareja, un ritmo que pueda bailarse en los diferentes ciclos vitales por los que la pareja camina en su historia. Dicho ritmo no está libre de cierta tensión para que pueda ser lo que es. La pareja no se mantiene en un equilibrio estático, es dinámica, implica pasar por diferentes fases particulares que la permiten ir imprimiendo su propia identidad, su forma de vivirse y vivir con los sistemas con los que convive a su alrededor.
El trabajo psicoterapéutico con la pareja permite acompañar a la misma en esos particulares momentos de tensión necesaria para crecer y propiciar un cambio. Es la oportunidad de traslucir el mapa en el que la pareja está en ese momento y el vínculo que les sostiene, así como las posibilidades que tienen para ir afrontando más vicisitudes.
No todas las parejas consiguen sobrevivir juntas a los cambios que nos propina la vida en general y la propia historia de la misma, pero trabajar en ello es una oportunidad para desplegar los puntos ciegos sobre uno mismo y crecer individualmente.
La terapia de pareja responde a los diferentes momentos críticos que puede ir necesitando una pareja: en su consolidación, en el cambio a la crianza, en situaciones en la que uno de ellos enferma o hay algún problema psicológico que influye a ambos, incluso en el propio proceso de separación de la pareja.
El terapeuta de pareja es un acompañante que propicia tomar conciencia de las áreas de dificultad de la pareja. Pero no como algo que solo es referido a un miembro, sino ampliando esa mirada que muchas veces nos lleva a cargarnos de razones para combatir con el otro y no poner la energía en ver qué parte me hace partícipe, tanto de la dificultad, como de la salida de los nudos que vamos generando.
Se trata de un trabajo que busca amplificar la mirada, buscar los puntos de encuentro y favorecer la propia autonomía de la pareja para seguir resolviendo los conflictos tan inherentes a la misma.
Familias
La familia en la estructuración de la identidad
La familia es la primera red de significado a la que nos entrega la vida. Nacemos en el seno de una familia que nos acoge en el mundo, nuestra familia de origen. Esto tiene muchísima fuerza en la identidad del individuo, requiere de una lealtad muchas veces ciega, tanto, que uno llega a sacrificarse para que todo se mantenga igual, particularmente en los momentos de crisis, pasando por encima de los caminos que nos pueden llevar hacia nosotros mismos y repitiendo patrones en la familia que construimos.
Resulta muy difícil dar cuenta de cómo las experiencias con nuestra familia de origen condicionan nuestras respuestas ante la vida. Los lugares que ocupamos en ellas no siempre están al servicio de nuestro desarrollo y tampoco no siempre sirven para crecer con los otros que nos vamos encontrando en nuestro propio ciclo vital, ya que los lazos y los requerimientos son de otro cariz.
Venimos de esa familia de origen que nos acogió y seguimos caminando con ella internamente. Ahí hemos aprendido a vincularnos para pasar a construir, normalmente, otra red familiar en las diferentes formas que hoy se despliegan las familias en nuestro contexto sociocultural (familia uniparental, monoparental, reconstituida, homoparentales, parejas solas sin hijos, etc)
Resulta fundamental tener en cuenta la poliformidad y la propia idiosincrasia de cada familia, atendiendo a la características propias de cada una de ellas. Las identidades de las familias son tan diversas como las identidades individuales. Las narrativas de cada una, los sucesos por los que han pasado, las historias particulares imprimen su modo particular de mirar y vivir la realidad.
Por qué entra en crisis una familia
A medida que la familia evoluciona y va afrontando los sucesos particulares y ciclos vitales que le competen, va aumentando su nivel de complejidad. Las familias se estancan y entorpecen su crecimiento o crecen. Las familias que se estancan en algún momento vital llevan a encapsular el desarrollo armónico de sus miembros y del sistema en su totalidad. En muchas ocasiones, eso pasa porque uno de los miembros enferme o manifieste síntomas, o bien, se dificulten claramente la relación entre los miembros, en forma de problemas de comunicación, disrupción en las conductas de los hijos o distancia clara entre los miembros, no permitiendo afrontar desde esa vinculación los diferentes avatares que van acaeciendo.
Una familia disfuncional es una familia que ha respondido a su evolución estereotipando su funcionamiento, en la que los miembros no pueden desarrollarse con facilidad en el lugar que ocupan en la familia. Una familia funcional no se distingue por la ausencia de problemas sino por su capacidad para resolverlos.
Atención a la familia
La psicoterapia de familia ayuda a favorecer la propia capacidad de autoregulación que una familia necesita para ir respondiendo a las demandas de la vida y a las suyas propias, de tal manera que se facilite el desarrollo psicoemocional de todos sus miembros.
La familia puede ser un lugar en el que crecer maravilloso, puede ser un motor extraordinario para nuestro desarrollo, pero también puede traducirse en un lugar en el que se pueden turbar nuestras capacidades para vivir con soltura.
El apoyo que ofrezco a las familias se traduce en diferentes formas de ayuda: una orientación, un asesoramiento, un apoyo puntual, en algunos casos, en otros un trabajo de mediación y, en la mayoría de los casos, en un acompañamiento terapéutico en el que suele incluirse a toda la familia.
Hay familias que pasan por sucesos traumáticos (muerte de algún familiar, enfermedades de algún miembro, etc), familias que en su ciclo vital suelen mostrar dificultades (inicio de la crianza, periodo de adolescencia de los hijos, proceso de separación, etc) familias con algún miembro con alguna patología grave (adicción, trastornos alimentarios, trastornos de la personalidad, etc) Todas ellas, muchas veces, con un precio alto en sufrimiento, pero con la posibilidad de hacer más tenue dicho sufrimiento y una oportunidad de teñir algo más de veracidad a la realidad en la que viven y el lugar que ocupan cada uno de sus miembros en la misma.
Grupos
En cualquier grupo en el que estemos inmersos depositamos inevitablemente esa forma que tenemos todos de alejarnos y acercarnos a los otros. En los grupos se articula la subjetividad de nuestras vínculos intrafamiliares. Es en ellos donde nuestra biografía entra en juego en forma de personajes que ponemos en acción, estilos propios de funcionar y de narrar los acontecimientos. Son lugares en los que se hace visible y se repite fácilmente la dificultad para amar y amarnos, así como el camino para crecer y desanudar lo que nos impide llegar a nosotros y al otro.
Con la psicoterapia grupal el objetivo es construir un espacio de apertura y facilitar el camino del autoconocimiento y la ampliación de la conciencia emocional. Para dicho objetivo me ayudo de diferentes técnicas y modelos teóricos que facilitan dar luz a la riqueza y especificidad que trae cada grupo. Utilizo así el psicodrama, el trabajo corporal, la bioenergética y técnicas emocionales.
El resultado del trabajo en sesiones grupales viene siendo un rico viaje de exploración, análisis, integración, aceptación y crecimiento a través del grupo.
Mi qué hacer en lo grupal se concreta en sesiones mensuales que complementan el trabajo individual con las personas que acompaño y que se pueden beneficiar del mismo y el desarrollo de una Formación en Trabajo grupal que viene especificada en el apartado de formaciones.
Organizaciones
En cualquier grupo en el que estemos inmersos depositamos inevitablemente esa forma que tenemos todos de alejarnos y acercarnos a los otros. En los grupos se articula la subjetividad de nuestras vínculos intrafamiliares. Es en ellos donde nuestra biografía entra en juego en forma de personajes que ponemos en acción, estilos propios de funcionar y de narrar los acontecimientos. Son lugares en los que se hace visible y se repite fácilmente la dificultad para amar y amarnos, así como el camino para crecer y desanudar lo que nos impide llegar a nosotros y al otro.
Con la psicoterapia grupal el objetivo es construir un espacio de apertura y facilitar el camino del autoconocimiento y la ampliación de la conciencia emocional. Para dicho objetivo me ayudo de diferentes técnicas y modelos teóricos que facilitan dar luz a la riqueza y especificidad que trae cada grupo. Utilizo así el psicodrama, el trabajo corporal, la bioenergética y técnicas emocionales.
El resultado del trabajo en sesiones grupales viene siendo un rico viaje de exploración, análisis, integración, aceptación y crecimiento a través del grupo.
Mi qué hacer en lo grupal se concreta en sesiones mensuales que complementan el trabajo individual con las personas que acompaño y que se pueden beneficiar del mismo y el desarrollo de una Formación en Trabajo grupal que viene especificada en el apartado de formaciones.
Las organizaciones son otros sistemas en los que solemos convivir y dar cuenta de nuestras posibilidades y torpezas. Son otro espejo en el que se desvela nuestra particular forma de jugar la vida. El contexto organizacional en sí, lo entiendo como ese otro lugar que ocupamos fundamental para nuestro crecimiento, en el cual convivimos gran parte de nuestra existencia. Facilitar el desarrollo de las organizaciones y promocionar el bienestar del individuo en ellas y de ellas es otra de las tareas que voy andando, en estrecha colaboración con Satori 3, Madrid, quienes llevan más de veinte años de experiencia acompañando a organizaciones y formando a profesionales en dicha labor.
Supervisión para Terapeutas
El proceso de supervisión permite al otro terapeuta supervisado dar cuenta de aspectos que no siempre vemos cuando acompañamos a un paciente. Resulta muy útil y rico este espacio reflexivo acerca de la relación terapéutica, tanto a lo que a nivel didáctico puede aportar, como en lo que compete al propio proceso terapéutico del supervisado. Resulta una oportunidad extraordinaria para saber acerca de la interacción entre la persona acompañada y nosotros como terapeutas, con el objetivo de ir hacia lo más genuino en nosotros y de nuestros pacientes .
Las personas a las que acompañamos nos subrayan, nos retuercen, nos iluminan y amplían los movimientos internos que hay en nosotros, con lo que nos da una oportunidad única para dilatar nuestro autoconocimiento y la calidad de nuestro acompañamiento, en el que la sensibilidad, la presencia, la veracidad, la compasión, la tolerancia y la receptividad, por señalar algunas cualidades, han de dejarse lo más libres posibles en el viaje que decidimos hacer con nuestros pacientes.
El espacio de supervisiones que tengo lo ofrezco tanto a terapeutas que llevan casos individuales, de pareja, familia y como coordinadores o teréutas de grupos.
On-line
Ofrezco la posibilidad, por circunstancias que pueden imposibilitar el trabajo presencial, de poder llevar a cabo un trabajo psicoterapéutico o de supervisión vía On-line. Creo en el encuentro vivo, en la suerte de expresividad que permite, en la calidez emocional que nos ofrece y en su poder transformador, pero algunas circunstancias vitales hay que saldarlas con las posibilidades que estas vías nos pueden facilitar.
Las sesiones pueden ser por la plataforma Zoom, Skype o WhatsApp.